Por segunda vez David Ávila Montalvo organizó el Festival de los Beatles en la Casa de la Cultura, a un costado de Monjas. Con cien pesos tenías derecho a dos días (sábado y domingo) de una programación betlemaniaca que constaba de una exposición titulada "Memorabilia" con muñecos, álbumes, fotografías, pósters e instrumentos inspirados por la banda inglesa, incluyendo un contrato original de la banda y un autógrafo con certificado de autenticidad; el "cine beatle" con películas como Help, A Hard Days Night, Magical Mystery Tour, Yellow Submarine, Let it be, Good Ol Freda, Esperando a los Bitles, Mi nombre es John Lennon, y All you need cash; y conferencias, una sobre los 50 años de los Beatles por Jesús Cerecedo, otra sobre los Beatles en México a cargo de Manuel Guerrero quien tiene un programa de radio en México dedicado al grupo inglés y ganador del programa "La pregunta de los 64 mil" con temática de los Beatles. Una de las favoritas y primeras en presentarse fue la de Jesús Cerecedo, sobre el rumor de la muerte de Paul MacCartney.
También había un stand de la caricaturista Beatriz Castroe y una zona para tomarse fotos en una pantalla verde a la que se le añadiría una imagen del cuarteto de Liverpool. Ricardo Calderón, conocido como el mayor coleccionista de los Beatles asistió llevando consigo souvenirs para vender. Así mismo, tenía espacio un stand de karaoke.
La música estuvo a cargo de los grupos: Nektar (mis favoritos desde los tiempos de Rockultura y sábados en Delorean); Valquiria, quienes prendieron a la gente; Plastic Wings; Los Twangs; Invitro Music Lab (si no los conocen búuusquenlos, han hecho cosas padres); Rubber Soul quienes se portaron a todo dar sobre el escenario; para variar un poco el ambiente rockero, Yanina y Rachel; el talentoso Agustín López Rock y su surf en la guitarra; 4 Melenas, la banda de niños de un pueblito de México (fueron el show de la noche); y para cerrar la banda de La Caverna, que también es un restaurante inspirado en los Beatles, pues fue en el "Cavern Club" de Inglaterra donde los Beatles conocieron a Brian Epstein en 1957 y comenzó la leyenda.
En todos los grupos el público siempre pidió otra, y al solicitarla en la última presentación, La Caverna invitó a todos los músicos a pasar al escenario y cantar All you need is love. Sólo diré que a las tres personas junto a mí se les enchinó la piel, pero seguro es porque son unos fanáticos beatles. Y quién no.
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