jueves, 15 de mayo de 2014

Miena: Jabón yucateco biodegradable



Cuando encontré el producto en uno de los estantes del spa, quise conocer a los chicos que lo habían ideado y fabricado. Me hablaron de los beneficios y los escuché como cualquier otro comercial entre esperanzada e incrédula. No soy muy dada a las cremas y las mascarillas pero después de un par de horas bajo el sol de 40 grados, me dejó una sensación agradable en la cara. Pero lo que me llevó a buscar a los causantes de esto, fue la forma tan bien trabajada y artesanal de la que estaba hecha y cómo respondía a las necesidades específicas de nuestra calurosa y verde ciudad llena de mosquitos.

Raúl Mendoza y Alex Rivas se sentaron frente a mí con las manos muy juntas y camisas a cuadros para empezar a hablar de su producto. Todo inició por un programa en el tecnológico de Mérida "Programa emprendedores", en el sexto semestre de Administración tres maestros los guían en finanzas producción y directivo para que apliquen los conocimientos del semestre. La idea es hacer un producto o un servicio y hacer un estudio sobre qué producto es más factible de vender y que esté dirigido a un público específico. Después de descartar una pintura refrescante para las casas, un café instantáneo con raíces de una planta y ahorrador de gasolina, ideas también muy buenas pero poco viables, eligieron hacer este jabón biodegradable.



Funciona así: un jabón debe regresar de su estado líquido al mojarse a su estado sólido, sin embargo, las bacterias se alimentan de éste cuando está húmedo, así que desaparece y no daña el ambiente. Está hecho con miel de abeja, es hidratante y exfoliante. Para hacerlo, buscaron la mejor miel y una forma ortopédica; de un lado puedes jabonarte el cuerpo, y por el otro exfoliarte el rostro con la avena que está entre las ondas. "Deja una sensación más hidratante que el Dove", dijo Alex.

Lo único en el producto que no es hecho a mano y biodegradable son las etiquetas, porque incluso la caja está hecha de un material que se desintegra. Cuando les pregunté dónde lo hacían, me contestaron que en una casa, "es cien por ciento artesanal". Para introducirlo al mercado vendieron acciones de cincuenta pesos a personas desconocidas y amigos "gente que creyera en nuestro producto", claro que estas personas tendrán su justa retribución una vez terminado el programa y después de eso, los únicos socios serán los seis chicos que iniciaron el jabón: Rene Souza, Cristobal Cuevas, Estephanie Brito, Elena Tepal, Alex Rivas y Raúl Mendoza.

Aunque al programa del tecnológico le quedan un par de semanas nada más, ellos quieren que su producto traspase una calificación en la materia y lo conviertan en una iniciativa estética, artesanal y ecológica. Además de este jabón hecho de miel, están desarrollando otros dos productos, uno de los cuales está ya casi terminado (sólo falta el empaque) está hecho de plantas y sirve como repelente de mosquitos. Alex platicaba que esta idea surgió debido a que su mamá sufrió de dengue y la peligrosa situación les recordó que la zona en la que vivimos debe redoblar su cuidado a los mosquitos.



Lo agradable de todo esto es que: está hecho por estudiantes del tecnológico, es un producto de calidad probado por el Dr. Sauri (un doctor del tecnológico), y es fabricado con productos que se encuentran en la ciudad para cuidados especiales de la gente que vive en Yucatán, además de no dañar el medio ambiente. En sólo tres meses ya han vendido el jabón a spas, y áreas de cuidado personal, están en pláticas para venderlo como jabón de un hotel de cinco estrellas, en una presentación más pequeña. Alex concluyó diciendo que el hombre ha solucionado sus problemas con los químicos cuando también hay posibilidades en la naturaleza. 

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